De como Martitara perdió sus vacaciones

Buenas buenas buenas, blogosfera! ¡HE VUELTO!
Y sí, quiero quedarme, pero no tengo muchas esperanzas. Y no por nada, ¿eh? Es por lo poco constante que soy, simplemente. No hay más que comprobar la frecuencia del archivo del blog, no?
Pues el caso es que tengo un verano digamos libre, en fin... todo tranquilo en el horizonte.
Y no penséis que esto iba a ser así en un principio... ¡Que va! Técnicamente, yo a estas alturas debería de llevar casi una semana en el campamento más alucinante que nadie (y con "nadie" quiero decir "yo") podría imaginar. ROCK CAMP.
Pasando por alto el nombrecito, que ensombreció ligeramente mi alegría al anunciar a los cuatro vientos que por fin, tras un año, había convencido a mi padre de que me dejase ir (me hacía sentirme un tanto ridícula, para que negarlo, en fin "¡Sí, voy a ir a Rock Camp!" ¬¬), por lo demás era perfecto. Un campamento, normal y corriente, por un lado, pero por el otro, ciertamente único en España. Y es que, entre actividad y actividad, entre rato de piscina y de yimcana, contaba con nada más y nada menos que cinco talleres diarios... ¡De música! (Por si no lo habíais pillado ya, claro). De instrumento, o de voz (ese hubiese sido mi caso), de baile, de historia del rock, de composición, de lenguaje musical... Y por supuesto, estás allí 12 fantásticos días y conoces a gente de tu edad, de toda España, a la que le entusiasma la música como a ti, porque, francamente, un poco caro sí que es, y no creo que alguien lo pague si la música no le gusta muuuucho, pero muchísimo. 
Y estaréis pensando, "Pero entonces, si podías ir, ¿que diablos haces aquí, escribiendo esto? ¿EEEEEEH?" Pues yo os respondo. Resulta que hay una norma que dice que no se pueden llevar móviles ni cámaras, y que solo se puede llamar, en los 12 días, dos veces a casa, desde el teléfono del campamento, y además concretamente, esos días tenían que ser el 2º y el 7º, no otro cualquiera. ¿Raro, eh?
Y a mi padre esa norma no le hacía ninguna gracia, así que mando un e-mail para comprobar si realmente era algo tan estricto, o si podía llevar el móvil y llamar alguna otra vez, aunque fuera del horario de clases, por supuesto. Y le dijeron, básicamente, que no podía ser, que hacían lo que hacían por experiencia, y... vamos, que no. Así que aquí estoy yo. 
Sí, ya lo sé, me llevaba yo mi móvil a escondidas y llamaba cuando me diese la gana. Como si fuesen a meterse los monitores en mi tienda a las 12 de la noche a comprobar que no estoy llamando, ¿no? Pero, ¿que pasa? Razonamiento de mi padre (resumido, aunque no lo parezca). No es solo por la llamadas, él también ha sido monitor de campamento durante mucho años, y entiende ese planteamiento, él también pensaba así... cuando era mucho mas inmaduro. Y, ya que no sabe nada de la organización que lleva el campamento, no me deja ir, no solo por lo de las llamadas, sino por la desconfianza que le genera el tipo de pensamiento que lleva a imponer esa norma. Es decir, que no se fía de como podrían reaccionar en determinadas situaciones, por que no es una norma, sino un modo de pensar y actuar, digamos. Así que por eso estoy yo aquí. 
Y ahora MI planteamiento. Sí, entiendo a mi padre, pero, ¿sabéis cuando pasó todo esto? A tres días de irme de campamento, cuando ya pensaba que ya lo tenía, que lo había conseguido, después de un año, porque esa es otra, resulta que todo esto del campamento lo descubrí el año pasado, y lo intenté, me presenté a la beca que dan para pagarte el campamento, y... ¡La conseguí! Me hubiese ido completamente gratis. Y, ¿fui? ¡No! No hubo ni un solo momento en el que se presentase como una posibilidad real... Y por fin, este año, me dijo "reserva una plaza" Y me quedé en el sitio, pensando que lo había conseguido, sin hacer caso de ese instinto mío que me decía que algo malo iba  a pasar, os lo juro, lo sabía, pero la fecha se iba acercando y acercando, y yo me decía, ¿como va  a pasar nada? Si quedan... diez días, seis, tres... Y entonces llegó la cartita, con la guía de padres y la dichosa prohibición de los teléfonos. Y todo se hizo pedazos. 
Pero digamos que la conducta del campamento tampoco es muy normal. Vale que yo no soy como mi padre, que yo no se nada de dirigir campamentos, pero en fin, aquí tenéis la parte del mail de repuesta que explica el porqué de la norma, mail que habla por si solo (pero, por si no sabéis escucharlo, yo os lo voy comentando)

Buenos Días,
el motivo de la prohibición de los teléfonos móviles viene derivado del múltiples razones que hemos ido observando con la experiencia de los años: la propia molestia del uso inadecuado por parte de los chavales en momentos de clase
¡Pues se lo quitas, por Dios! ¡En los colegios es mucho más importante no estar con el móvil en la clase, y no se prohibe que se lleve! Se prohibe su uso EN LA CLASE, y la gente ya sabe a lo que se expone si rompe esa norma. Además que es algo a lo que vas voluntariamente, se supone que te interesa, y que vas a atender, porque te gusta.
 y actividades, además del uso indebido de las fotos y videos que graban con ellos (y los problemas legales que ello puede ocasionar) 
Vaya, gracias por presuponer que soy una matona que me dedico a, yo que sé, dar palizas a la gente (cosa que solo hago porque llevo móvil, todo el mundo sabe que el bulling solo existe con móviles y cámaras, la gente nunca a sufrido sin ellos, y los matones, sin móvil, se vuelven completamente mansos) Y no penséis que estoy exagerando, porque, en fin, ¿a que viene eso de "problemas legales" si no?
además de los problemas de desmotivación al estar en continuo contacto con casa y también nos parece que son solamente 11 días
A ver, si la mayoría prefiere no hablar con sus padres, pues me parece bien, como si no llaman en todo el puñetero campamento. Y tampoco es que yo quiera estar todo el rato pegada a mi padre, pero en fin, si me llama, pues no me molesta hablamos un minuto y todo bien. ¿Quienes son ellos, que no me conocen, para decir que eso me desmotiva? Tengo 17 años, ¿vale? No soy ningún tipo de pelele de mi padre, si no quiero, no le llamo. Y de la misma forma, mucho más aún, tampoco lo soy de ellos, así que si quiero, llamo. Puedo tomas ese tipo de decisiones por mí misma, ¿no creen' Bueno, evidentemente, no, no lo creen. 
y nos aprece bastante educativo que se "desintoxiquen" de aparatos y disfruten de la naturaleza aunque sea solo este breve periodo de tiempo.
.Me parece correcto. Pero, ¿a caso me voy a volver tecnodependiente por llamar a mi padre más de 2 veces en 12 días? ¡Como si le llamo media hora todos los días! En fin...
Lo mismo decirle de las visitas en el campamento que rompen el ritmo y "descolocan" a los niños.
Y dale. Si quiero que mi padre no venga porque me molesta (que no es el caso, a mi me da igual que viniese como que no, no me avergüenza) pues lo hablaré YO con él. Gracias por presuponer que a mi me a molestar que venga y que el va a venir le diga yo lo que le diga y por intentar ahorrarme el "mal trago" pero... Eso, suponiendo que fuese verdad (que no lo es), es problema mío, ¿vale?
Y bueno, nos estamos pasando la parte más obvia. Son mis vacaciones, y pago (o más bien pagaría, en caso de ir) nada más y nada menos que 675 Euros por 12 días. Y sí, el campamento esta genial, a pesar de todo lo que he dicho sigo queriendo ir, pero a lo que voy, es que son mis vacaciones, yo les pago, si quiero llamar a mi casa más veces como si quiero quedarme encerrada en la tienda todos los ratos libres, vaya, que no estoy diciendo "yo pago, así que como si me quiero pasear por ahí pegando tiros a la gente" A ver, que no estoy hablando de hacer nada malo. En fin, son 675 euros, ni siquiera puedo llamar a casa cuando me de la  gana?

Y sí, no estoy de acuerdo ni con uno ni con otros, pero vamos que así son las cosas, y lamento si alguien se ha sentido ofendido, (cosa que dudo, porque para eso tendría que leerme alguno de ellos) pero, ¡que diablos! Esta es mi blog, a ver si ni siquiera aquí puedo decir lo que quiera. 

Y a pesar de todo sigo queriendo ir, por supuesto, con esa estúpida norma incluida, daría lo que fuese, también entiendo a mi padre, y ¿sabéis que es lo peor? No es ver las actualizaciones en Twitter, las fotos, y pensar, "yo tendría que estar ahí en estos momentos" Sino saber con toda seguridad que ya no podré hacerlo. Porque puedes acudir mientras seas menor de 18 años cuando empiece el campamento, pero, ¿que pasa? Que cumplo años una semana antes de eso, precisamente. Y, ¿que toca el año que viene? ¡18! Así que era este año o nunca... Y parece que nos quedamos con nunca. 
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